La cuperosis es una alteración que implica la aparición de una vascularización exagerada manifestándose, fundamentalmente, en la cara –por ejemplo, en mejillas o en la nariz-, así como en otras zonas como cuello y escote. Dicha vascularización tiene como consecuencia la aparición de un tono rojizo, bien difuminado o más concentrado donde llega a verse el recorrido de los capilares.
En otros casos, la cuperosis va acompañada por una reacción parecida al acné –lo que se conoce como rosácea-. Su causa principal es genética y afecta por igual a hombres y mujeres. Otros factores que contribuyen a su aparición son una mala circulación, el tabaco, la excesiva exposición al sol, el alcohol o, incluso, el consumo habitual de alimentos picantes. Si no se trata, la cuperosis puede derivar en otros procesos como pueden ser las rinofimas, es decir, cuando la nariz comienza a deformarse por el aumento de las glándulas sebáceas. Además, las personas que padecen cuperosis pueden llegar a sentir picor o ardor en la zona afectada.
En Clínicas Benzaquén tratamos la cuperosis o rosácea de forma sencilla, consiguiendo excelentes resultados. Principalmente, trabajamos con distintas sustancias para crear peelings químicos, así como con técnica láser. Ambos tratamientos pueden complementarse con productos cosméticos concretos e, incluso, medicamentos para uso domiciliario.
En cuanto a los resultados, entre las dos y cuatros semanas siguientes a la aplicación del tratamiento podemos comenzar a percibir mejoría. Desde Clínicas Benzaquén recomendamos realizar entre 3 y 4 sesiones.